Solsticio de verano

Hola!
Aquí me encuentro, en plena verbena de Sant Joan, queriendo terminar de escribir este Blog a pesar de los petardos que ya se escuchan en el aire... ¡qué difícil se hace! ¡¡Pero lo conseguiré!! :)
Y aprovecho el ánimo de celebración que hay en el aire para hablarte de este tiempo tan particular que es el Solsticio, sin importar si estás viviendo en el hemisferio Norte o en el Sur.
Porque por estos días, exactamente el día 21 de Junio pasado, celebramos el día del Solsticio de verano en el hemisferio Norte y de invierno en el hemisferio Sur.
Y ¿qué tiene que ver esto con la práctica de Yoga?
Ahí voy :)
El día 21 de Junio marca, en el Norte, el día más largo, más luminoso, más expansivo, y en el Sur, lo opuesto, el día más corto, más oscuro, más introspectivo.
A partir de este punto de inflexión, la tendencia de la luz cambia, iniciando un nuevo ciclo: el viaje de vuelta hacia la luz, en el hemisferio Norte, y hacia la oscuridad, en el Hemisferio Sur.
Así como durante la práctica de yoga intentamos sintonizarnos con lo que pasa en el cuerpo, volviéndonos receptiva/os a nuestras realidad y practicando sin ir en contra de aquello que "es", aquí y ahora... también podemos abrirnos a conectar con lo que sucede en la Naturaleza, ese "otro cuerpo", más amplio, que nos contiene.
Practicar Yoga en sintonía con ella aportará fluidez a la práctica (y, por supuesto, lo mismo con cualquier acción de la vida!) ya que, aunque a veces nos olvidemos, también somos Naturaleza y, como tal, somos influida/os por sus ciclos y fases.
Unos ejemplos sencillos:
¿Es lo mismo una práctica invernal que una práctica en pleno verano? ¿Cómo es un a clase de Yoga con tormenta?
¿Cómo me siento en un clima ventoso? ¿Se me haría difícil sentarme a meditar en medio de una tormenta?
¿Me dan ganas de salir a pasear con viento?
¿El florecer de la primavera suele darme impulso por hacer cosas nuevas?
Por eso, durante estos días en los que la Naturaleza se hace tan extrema y presente, puede ser un buen momento para tomarnos un instante y REGISTRAR lo que pasa "afuera", e INTEGRARLO con lo que pasa "adentro".
Podemos aprovechar estos días de cambio de estación como un tiempo de reflexión para dejarnos sentir - sin juicios, solo por indagar - cómo ha sido nuestro recorrido vital durante los meses pasados y cómo visualizo los meses por venir.
Podemos detenernos en este punto de inflexión que marca el instante en que luz y oscuridad invierten su tendencia, para sintonizar con nuestro momento presente, para observar lo andado y visualizar lo por andar, para intentar identificar aquellos aspectos que queremos nutrir y desarrollar en nosotr@s durante los meses siguientes y aquellos que queremos reconducir o modificar.
Podemos "ajustarnos" a la frecuencia de este momento de cambio estacional, frecuencia en la que, como seres de la Tierra que somos, estamos inmersos, tomándonos unos minutos para mirar hacia adentro, para poner luz y conciencia sobre nuestros propios procesos, sobre nuestro andar, sobre nuestro camino.
Y ¿cómo lo hacemos?
Aquí te dejo una opción:
Siéntate cómodamente en el suelo o en una silla, con la espalda alineada. Cierra los ojos, si te resulta confortable.
Respira unos instantes largo y profundo, sintiendo el movimiento de la respiración en el cuerpo.
Poco a poco ve conectando con el espacio alrededor de tí, dentro de la sala en la que estás: arriba, detrás, delante de ti... primero lo más cercano... y luego ve, poco a poco, ampliando tu percepción hacia fuera del espacio en el que estás... al exterior... como si pudieras percibir el espacio alrededor, yendo cada vez más lejos....
Cuando lo sientas, detén la expansión y, desde "donde estés", obsérvate.
Siente cómo estás. De dónde vienes y hacia donde vas.
Quédate unos segundos respirando en ese punto. Percibiendo.
Y luego, lentamente vuelve a traer la atención cerquita, conectando de nuevo con tu respiración...
Respira unas veces con consciencia y luego, lentamente, abre los ojos.
Tómate unos instantes de quietud y silencio antes de retomar tu día.
Feliz Solsticio, donde sea que estés!
Con cariño,
Caro