Los chakras

Según la tradición del Yoga, entramado con nuestro cuerpo físico existe un cuerpo energético formado por "ríos" de energía que, en determinados puntos se cruzan entre sí generando unos remolinos o ruedas de energía llamados "chakras" (chakra = rueda) 🌀
Según esta teoría existen 7 chakras o "vórtices" energéticos principales que se alinean a lo largo de nuestra columna vertebral, desde la base hasta la coronilla.
Cada uno está relacionado con una zona del cuerpo y con cualidades que se vinculan con nuestro cuerpo físico, nuestras emociones, pensamientos y experiencias.
Cuando los chakras están equilibrados, alineados y en armonía, la energía fluye a través de ellos, colaborando en nuestro bienestar, paz y equilibrio general. Cuando están desequilibrados... pues al revés.
Para poder comprender con más claridad cómo funciona el sistema energético del cuerpo, podemos empezar por "clasificar" los chakras en dos grupos: el "Triángulo" Inferior, formado por los 3 primeros chakras (raíz, sacro, plexo solar), el "Triángulo" Superior, formado por los tres chakras superiores (garganta, entrecejo y coronilla) y el 4to chakra, el corazón, que se sitúa en el medio de ambos grupos, como un "puente" que une o integra ambos "mundos".
Hablemos del triángulo inferior, el trío de los chakras inferiores, terrenal, denso, primario.
Chakra Raíz o Muladhara: situado en la base de la columna vertebral, relacionado con la supervivencia, la seguridad, la nutrición, la protección, la estabilidad.
Chakra Sacro o Svadhisthana: ubicado debajo del ombligo, asociado con el impulso creativo, con la sexualidad, las relaciones, el placer.
Chakra del Plexo Solar o Manipura: situado en el abdomen, relacionado con la fuerza interior, el poder personal, la voluntad, la acción, el impulso vital y la autoestima.
Hablar de estos tres chakras es hablar de aquello que compartimos con nuestros hermanos animales (las necesidades primarias del ser: cobijo, seguridad, nutrición, reproducción, energía vital y supervivencia) y de lo que viene un paso más allá, una vez que las necesidades básicas están cubiertas: el disfrute, el placer, los gustos, el impulso de crear, de accionar con motivación o propósito.
Sobre esta base se apoyan los demás chakras y, demás está decir que, si la base está desequilibrada, lo de arriba (tarde o temprano) también lo estará.
Para explorar cómo están los chakras de este grupo podría hacerme preguntas, como por ejemplo:
¿cómo es mi relación con el dinero? ¿qué tendencias tengo en relación a mi sustento?
¿me siento segura en la vida? ¿confío en quienes me rodean?
¿cómo me relaciono con el placer? disfruto de las "pequeñas cosas"?
¿me permito darme gustos, elegir? ¿sé lo que me gusta y lo que no?
Cuando me propongo algo, ¿me cuesta llevarlo a cabo?
¿soy de poner excusas?
El Triángulo Superior está formado por:
Chakra de la Garganta o Vishuddha: situado en la zona de la laringe, relacionado con la comunicación, la expresión personal y la expresión creativa.
Chakra del Tercer Ojo o Ajna: ubicado en el entrecejo, asociado con la intuición, la claridad mental, la visión, la proyección, la imaginación y la sabiduría.
Chakra de la Corona o Sahasrara: situado en la parte superior de la cabeza, relacionado con la conexión espiritual, la conciencia superior.
Este trío de chakras ya es de cualidad más ligera y no tan "mundana" como el trío inferior. La energía que llega al triángulo superior ya ha atravesado los tres primeros chakras más densos y ha pasado por "el filtro" del corazón, la experiencia del Amor Incondicional que todo lo transforma. Se ha vuelto sutil y sensible, capaz de expresarse y pensar con claridad, y de percibir la magnitud de lo infinito, de Dios, del Universo (o como prefieras llamarle).
Para indagar en los chakras superiores puedo preguntarme:
¿Cómo es mi comunicación? ¿Refleja lo que siento/pienso?
¿Cómo es mi relación con la espiritualidad? ¿Me considero una persona espiritual? ¿Tengo una visión y me guío por ella? ¿En qué creo?
¿Y AnahataChakra, el Chakra del Corazón?
Ni abajo, ni arriba, Anahata está en el medio de los 7 chakras.
Ubicado en el centro del pecho, este centro energético está asociado al Amor Incondicional, ese Amor con mayúscula que no pone condiciones y que todo lo abraza.
El cuarto chakra nos hace ver la vida con las gafas de la empatía, de la compasión, del servicio desinteresado. Las energías más terrenas, cuando llegan al cuarto chakra se disuelven en la calidez de Anahata y se vuelven livianas y expansivas.
El corazón nos habla el idioma de Jesús, si eres cristian@; el idioma de la fraternidad, de la amplitud de mirada, del "somos un@", del Amor que todo lo calma.
Por eso, cuando la energía primaria del Triángulo Inferior se mira desde la lupa del corazón, dejamos de temer, despertamos nuestra capacidad de compartir, de relacionarnos con el mundo y con nosotr@s mism@s desde el Amor, de usar nuestra fuerza vital para hacer el bien.
Teñidas de la energía e Anahata, las palabras es veraz y compasiva, el pensamiento es ligero y bienintencionado, nos sentimos sostenid@s por Dios, por el Universo, parte del Todo.
Conectar con la energía del corazón puede ayudarnos a encontrar sentido donde creemos que no hay sentido alguno. A comprender cuando desde la razón nos parece imposible. A perdonar, aunque sea internamente, cuando nos han herido. A sostener cuando alguien se encuentra en necesidad.
¿Se te ocurre qué preguntarte para conocer cómo te relacionas con este aspecto de tu vida?
✨ ✨ ✨
Sin embargo, aunque separemos los chakras en grupos y los relacionemos con diferentes cualidades y puntos de vista, todos conforman un mismo sistema, están interconectados.
Si uno está bloqueado o desalineado, puede afectar a los demás y causar desequilibrios en diferentes áreas de nuestra vida. Por eso, desde la visión del Yoga, mantener nuestros chakras equilibrados ⚖️ es fundamental para nuestra salud física, emocional y espiritual.
Hay muchas prácticas que contribuyen a equilibrar, desbloquear o alinear nuestros chakras y la práctica de Yoga es una de ellas. 🧘🏽♀️🙌
Podemos utilizar la práctica tanto de forma voluntaria, enfocándola en equilibrar, fortalecer o apaciguar la energía de uno o más de ellos cuando notamos que "algo está pasando"; o podemos usar la práctica de forma, digamos, pasiva, dejando que la propia práctica autoregule nuestro sistema energético.
Sin ánimo de buscar soluciones mágicas a los problemas, ni creer que existe un "sensor" que nos dice si algún chakra está desequilibrado y cómo volverlo a su centro; y sin siquiera saber si los chakras "existen" (que, desde el punto de vista científico, está claro que no), creo que vale la pena indagar en esto.
Porque puede ayudar a ampliar la visión que tenemos de nosotr@s mism@s y de nuestra vida, a darnos otro punto de vista. Y esto es enriquecedor en sí mismo. Aunque más no sea, por amor a filosofar.
Un abrazo!
Caro